Esta expresión de Camus es una crítica frontal a quienes conciben el éxito como la consecución de los objetivos propuestos, obviando el hecho de si los medios utilizados para alcanzarlo son lícitos, moral y legalmente.
Según esta cosmovisión resultan ser exitosos los individuos que se han propuesto obtener dinero para financiar la vida de lujos que desean y para alcanzar sus objetivos utilizan como medio, el tráfico de drogas, la prostitución infantil, el secuestro de personas, el robo o el asesinato.
Siguiendo esta misma lógica, también deben ser considerados exitosos, los políticos que alcanzan el poder mediante el engaño, la compra de votos, el fraude, la mentira, la difamación y la venta del patrimonio público.
Cuando Camus afirma que lo difícil del éxito es merecerlo, está triturando toda concepción del éxito al margen de los valores morales, religiosos y legales, predominantes en la sociedad parámetro K.
Hoy que socialmente el nihilismo, el pragmatismo y el utilitarismo son la moneda de cambio de mayor circulación de nuestros tiempos, resulta pertinente esta expresión. Podría resultar una visión poética y metafísica esta expresión de Camus , pero las sociedades no pueden, a menos que quieran autodestruirse, celebrar que sus miembros alcancen el éxito al margen de sus normas morales y legales.