Esta expresión de Camus nos invita a preguntarnos, cuanto de nuestros “amigos” han permanecido a nuestro lado cuando las cosas se pusieron difíciles, cuando lo perdimos todo, incluso la confianza en nosotros mismos.
En nuestro breve peregrinar, hemos tenido tiempos malos y otros no tan malos. En todos ellos hemos tenido muchas personas a las que hemos llamado amigos, pero, con el paso del tiempo, cada uno toma sus propios caminos y se nos pierden de vista. Hay otros casos en los que se producen rupturas, por conflictos de intereses o simplemente porque nuestra cosmovisión ha cambiado.
Recuerdo una época en que tomé la decisión de cortar comunicación con todos mis amigos, pues ellos se conformaban con la vida simple que implica ir del trabajo a la casa, las fiestas y bebentinas, y yo, deseaba otro tipo de vida. No digo que mejor, pero diferente a esa rutina de los barrios.
En la nueva ruta emprendida he conocido a muchas personas a los cuales valoro profundamente, pero, si alguien me pregunta ahora mismo, que con cuantos amigos cuento, le diría que con tres.
Todavía no hemos definido lo que es un amigo. Sin embargo, aprovechando la expresión de Camus de que “Un verdadero amigo es aquel que llega cuando todos se han ido” les diré que he tenido ocasión de comprobar esta afirmación. Como todos sabrán, un profesor tiene muchos conocidos, que, hasta prueba en contrario, son nuestros amigos.
En una ocasión, el vehículo en el que regresábamos de Santiago, el hermano Poueriet y yo, tuvo un fallo eléctrico y dejó de generar, casí llegando a La Vega. Comenzamos a llamar a todos nuestros conocidos buscando que nos auxiliaran. No apareció uno solo. Luego llamamos a los directores de los Centros Universitarios de Santiago, La Vega y Bonao y ninguno nos prestó auxilio. En ese mismo orden llamamos al Director y los Coordinadores de Cátedra de nuestra Escuela y ninguno apareció.
Cómo a las 11 de la noche, le dije al hermano Poueriet, ahora te mostraré que es un amigo de verdad. Llamé a uno de los tres y cuando tomó la llamada que le conté sobre mi situación, únicamente me dijo, espérame que llegaré como en una hora y 45 minutos.
Más claro ni el agua.