El Masacre es un río conocido históricamente por la novela de Freddy Prestol Castillo, «El Masacre se pasa a pie». Solo el título de la novela ya nos indica que, en el contexto histórico en que se ubica 1937, ya desde ese momento el río estaba en problemas, porque si se puede pasar a pie, entonces no es solo que es la llanura inundable cerca del mar, sino que también el caudal del río es poco. El caudal, es el agua que corre por el lecho del río, es por donde se sostiene el colchón de agua del que hablaba el profesor Quezada. Entonces, del lecho del río es que muchas veces sacan, como en el caso del río Nizao, los agregados, y como profesor, eso hace mucho daño, porque hace que todo el manto freático, o sea el acuífero que retroalimenta al río, también vaya a variar. Y eso afecta a los humedales, como él dijo que se han reducido mucho, la Laguna de Saladillo, que también compartimos con nuestro vecino Haití.

El problema, como ya decimos, es histórico, y no se le ha prestado la atención debida en ningún gobierno, como suele pasar aquí con los asuntos fronterizos. Tenemos una política migratoria deficiente, por no decir que existía poco hasta hace poco tiempo. Entonces, eso es parte del problema, pero lo grande es que los recursos naturales, como creen muchos que son inexhaustibles, una nueva clasificación que se inventaron, pues ahora, la ciencia, el cambio climático y todo lo que hemos provocado en el planeta nos está diciendo que no, que el agua, el ciclo del agua lo hemos alterado. 

Salieron unas publicaciones, tanto en la revista Nature como en la revista Science de Inglaterra y Estados Unidos que dicen que hemos alterado ya el ciclo del agua a nivel global, que el 54% de los lagos y los embalses a nivel mundial del planeta han disminuido en un 50%, 52% y 54%, dependiendo del artículo. 

¿Por qué? 

Porque con el calentamiento global hemos alterado el ciclo del agua, ya el agua que es la misma agua, sí, es cierto que atraviesa el ciclo, pero ¿cuánto dura en cada periodo del ciclo? El ciclo gaseoso que está en la atmósfera en forma de vapor, el ciclo líquido que va por los ríos, arroyos y mares, sólo el 3% del agua dulce del planeta, les recuerdo, el otro 97% está en los océanos, y de ese 3%, la mayor cantidad hasta hace poco estaba en los glaciares, que sabemos que se están derritiendo a una velocidad récord. 

La Antártida va por el 40%, se acaba de decir este año. Entonces, no pinta bien la cosa a nivel global y nosotros aquí seguimos como oyendo llover, como si no fuera con nosotros, que somos una isla en el Caribe, una de las zonas más afectadas. Vivimos en un país que está en primera línea de los más afectados por el cambio climático, reconocido por los organismos internacionales y por la comisión de cambio climático local del país. 

El Masacre no es una excepción, viene siendo más bien la norma. Necesitamos de verdad una estrategia de conservación y recuperación, restauración de las cuencas hidrográficas del país, porque lo vimos este año que pasó, las presas estuvieron en niveles mínimos que no se veían hace 40 años. En mayo, para el aniversario de la Facultad de Ciencias, yo di una conferencia sobre el futuro del agua en el país y hablaba de todo esto. 

Si el Masacre, como dijo el profesor, tiene un caudal tan pequeño, no podemos sacarle un canal en Haití. Y entonces, responder a la crisis provocada por el canal en Haití por acuerdos de aposento que hizo el Estado dominicano en el año 2021, no podemos responder entonces para satisfacer las necesidades de nosotros aquí con el canal de La Vigía y empezar a bombear agua de este lado para que no le llegue a ellos, eso no es así.

El problema es que el caudal del Masacre no alcanza, y lo que hay es que restaurar y manejar la cuenca con criterio científico y con una buena política de planificación, de discusión y de diálogo. Una guerra por dos metros de agua será el hazmerreír del mundo entero, pero por menos de ahí se han dado guerras y se seguirán viendo, porque lo que viene es año de niño, que quiere decir sequía para el Caribe. 

Todavía estamos viendo los influjos que vinieron de América del Sur de la niña, se acaba de formar un ciclón del lado del Caribe, ahí cerquita del Pacífico, que es donde el niño se origina. Pero el efecto es global y se va trasladando paulatinamente al mundo entero. 

Están pronosticando lluvias fuertes para este fin de semana. Recordemos que en noviembre pasado hubo nueve muertos en la Ciudad de Santo Domingo porque cayó toda la lluvia de un mes en una sola noche, en unas cuantas horas, eso es cambio climático. Esa es la tendencia, eventos meteorológicos extremos, sequía, lluvia fuerte. 

El país ha hecho algo, el gobierno ha dicho, ¿cuál es la estrategia, fuera de la plepla de sembrar máticas con el Banco Popular y con este o con aquel? Eso no es reforestación, eso no es un plan de restauración, necesitamos algo serio y de verdad, porque ustedes saben qué es lo que va a pasar con el río si se seca el Masacre. ¿Qué va a colapsar? La Bahía de Manzanillo colapsará. ¿Por qué? Porque la Bahía de Manzanillo depende del caudal del río Masacre y de los que alimentan al Masacre, pero todos están en bajos, mínimo histórico. Y lo que se hizo en febrero con la carretera y el muro fronterizo, que además de hacer un muro que no va a resolver nada, es un disparate. ¿Por qué? Porque agrede de manera directa esos humedales que son el último recurso y esperanza del río. Y entonces lo estamos atacando por dos fuentes, un canal, un muro que afecta los humedales y que acaba de trastornar todo el sistema.

¿Qué queremos, que colapse la Bahía y que después nos quedemos sin Puerto? Saben que hay una cosa que se llama presupuesto de sedimento marino costero. Los ríos son los que aportan sedimento a la llanura costera, si el río deja de arrastrar agua y deja de arrastrar sedimento, se va a meter el mar. Ya se ha visto en muchos sitios, como la famosa presa de Asuán, en Egipto, y no es la primera vez que el mar entra porque la parte marina empieza a dominar cuando los ríos dejan de aportar esa cantidad de sedimentos. 

Estamos rompiendo el equilibrio de todas formas. Entonces, desde febrero, denunció la comunidad de ambientalistas, entre ellos yo, que ese muro y esa carretera, además de dañar los humedales de Laguna Sabadilla de manera cuasi irreparable, también le regala a Haití unos cuantos kilómetros, porque ellos claro, hicieron el muro como una carretera para poder construir el muro, y entonces dejan la gran mayoría del humedal del lado haitiano y se convierte en tierra de nadie. 

Entonces, el panorama es muy tétrico. No soy pesimista, realmente creo que todavía estamos a tiempo y que se pueden revertir muchos efectos. 

Pero la verdad es que se nos está haciendo tarde. 

Muchas gracias.

Si desean ver alguno de mis trabajos, los cuales he escrito todos los sábados, pueden entrar en www.ojala.do 

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