¡Buenos días!

La profesora Ruth Cuevas decía que la filosofía está presente en muchas cosas. La filosofía está presente en la vida. El papel de la filosofía siempre ha sido dar una respuesta a las cosas más simples y las más complejas. Tenemos muchas ciencias que dan respuesta a muchas realidades particulares. El conocimiento de las ciencias particulares ha avanzado tanto, que podría pensarse que la filosofía es un saber que ya no tiene necesidad de ser.

Paradójicamente, cuando se llega a pensar que la filosofía no tiene un lugar en el conjunto de los saberes, es donde la filosofía comienza su trabajo, ya que como la lechuza de Minerva, que es el símbolo de la Filosofía, tiene la capacidad de mirar con claridad en la noche más oscura. Cuando todos creen que lo están viendo claro, la filosofía profundiza su mirada en esa oscuridad y extrae preguntas y respuestas de donde nadie sospecha.

Quiero agradecer a nuestros panelistas invitados, los profesores Pablo Guadarrama y Carlos Rojas Osorio, quienes tienen un currículum impresionante y están consagrados al estudio del pensamiento latinoamericano.

Pienso que ahí está la clave del asunto. El profesor Guadarrama nos contó anoche que, cuando era un jovencito estudiando en Alemania, decidió dedicar sus esfuerzos y talento a estudiar el pensamiento latinoamericano, nadando contra corriente, ya que todos sus maestros le orientaban para que realizara una tesis sobre algún pensador europeo. Sin embargo, él tomó la acertada decisión de trabajar en las ideas que se habían producido en su tierra, en su cultura y en su lengua.

Esa decisión es la que lo ha llevado a ser uno de los intelectuales más importantes de nuestros tiempos, con una monumental obra publicada que siempre estará presente en nuestra cultura, porque es una obra que ilumina y fundamenta lo que hemos sido y somos como pueblos.

Saludamos y damos la bienvenida al profesor Carlos Rojas Osorio, que es un consagrado pensador de origen colombiano, radicado en Puerto Rico, en la Universidad de Río Piedras. Al igual que el profesor Guadarrama, ha estudiado la casi totalidad de los pensadores latinoamericanos y sigue trabajando en la actualidad sobre la obra de nuevos pensadores.

Anoche, realicé una búsqueda rápida de los títulos que ha publicado y los colgué en la página web de la Escuela de Filosofía de la UASD, porque entendemos que si queremos lograr el desarrollo de nuestros pueblos, tenemos que conocer a nuestros grandes hombres, y qué mejor manera de conocerlos que de la mano de los maestros latinoamericanos Pablo Guadarrama y Carlos Rojas Osorio.

Cuando el profesor Julio Minaya, quien es nuestro profesor y también Presidente de la Asociación Dominicana de Filosofía, me propuso la idea de realizar un coloquio sobre pensamiento latinoamericano, pensé: «Caramba, parece que el profesor y yo estamos pensando de manera similar». Desde que asumimos la dirección de la Escuela de Filosofía, nos dispusimos a organizar una Olimpiada de Filosofía sobre el pensamiento filosófico en la República Dominicana. Esta olimpiada está orientada a llevar a los estudiantes de la Carrera de Filosofía a debatir sobre la cuestión de si existe o no un pensamiento filosófico dominicano, y posteriormente queremos extender este debate a los profesores de la escuela.

Uno de los problemas que siempre hemos tenido los latinoamericanos es que tendemos a mirar siempre hacia afuera. Estudiar el pensamiento que han producido otros pueblos es una necesidad, negarlo sería una estupidez. Pero, ¿qué aporte podemos hacer nosotros a una cultura que tiene miles de años de desarrollo y cientos de grandes pensadores si no pensamos en los problemas de nuestra propia realidad?

Sin embargo, el coloquio que iniciamos hoy nos plantea algunas preguntas que debemos responder algún día. ¿Realmente existe un pensamiento filosófico latinoamericano? ¿Existe un pensamiento filosófico latinoamericano o simplemente existe un pensamiento filosófico hecho por latinoamericanos? ¿Cuáles son los problemas del pensamiento filosófico latinoamericano? ¿Cuáles son sus características? ¿Se hace pensando en nuestra propia realidad, con nuestras propias categorías o con categorías de otras realidades?

Pienso que la mejor idea es seguir el camino iniciado por los mexicanos, sobre todo en lo relativo al rescate del legado artístico de los pueblos autóctonos. El muralismo mexicano logró trascendencia mundial precisamente porque ellos tomaron sus raíces y también valoraron las técnicas aportadas por las escuelas europeas, pero expresaron en sus murales los elementos y la identidad nacional.

Por otro lado, quiero aprovechar la ocasión para mencionar el caso dominicano. Para nosotros, estudiar el pensamiento latinoamericano y, sobre todo, el pensamiento filosófico, tiene gran importancia porque entre nuestros intelectuales, profesionales y estudiantes, existe una tendencia a mirar hacia afuera y a despreciar lo nuestro. Incluso, muchos llegan al extremo de satanizar el hecho de que uno se reconozca y se llame dominicano, que defienda el derecho que tenemos a proteger la integridad de nuestro territorio y a defender los recursos y bienes estratégicos que por derecho les pertenecen a las próximas generaciones de dominicanos y dominicanas.

A aquellos que hemos asumido una postura firme en la defensa de la integridad de nuestro territorio, se nos quiere tildar de reaccionarios, atrasados, racistas y xenófobos. Creo que es importante pensar en la integración latinoamericana, pero sin perder de vista la importancia de mantener la totalidad y el respeto por los derechos conquistados por nuestros padres fundadores.

La unidad latinoamericana debe lograrse a través del diálogo y la comprensión, pero siempre respetando la integridad de nuestros territorios. Los problemas que enfrentan nuestros vecinos no pueden ser resueltos en nuestro territorio, y no podemos ser responsables de los problemas que no hemos creado.

Creo que este coloquio es un paso adelante. Estamos comprometidos en promover y difundir el pensamiento dominicano y latinoamericano. Como dominicanos, debemos reconocernos en nuestra cultura, difundirla y protegerla.