Alejandro Arvelo La Barca de Teseo

Una nave nueva se hará pronto a la mar en esta tarde luminosa de noviembre. A un nuevo sueño, hace tiempo acariciado, le han crecido alas. Hoy, sin remedio, empieza, pues, una andadura que, esperamos, sea eterna y grácil, como el viento, pero firme, flexible y perenne, como el agua y como la identidad nacional dominicana, a la que hace alusión su nombre.

Hoy, 30 de noviembre, que aún conmemoramos el Día Mundial de los Músicos. Por ende, de los intérpretes y de los creadores, de los ejecutantes y de los compositores, de los concertistas y de los Directores de Orquestas. Compositor también se dice componedor, armonizador, en nuestra lengua. Punto de confluencia de múltiples determinaciones y, por tanto, Director de Orquesta: orquestador.

El gran armador que ha hecho posible que un concierto silente de voluntades haya confluido hasta desembocar en este noble propósito es el Profesor Eulogio Silverio, Director de la Escuela de Filosofía, la unidad académica más antigua del continente americano en su ramo, la de la Universidad Primada de América, única e irrepetible.

Su capacidad creativa, su diligencia y proactividad ha hecho posible la convergencia y sinergia de académicos de diversa procedencia, formación e intereses intelectuales, como la Profesora Daisy Piña, el filósofo Edwin Santana y la investigadora Katherine Báez-Vizcaíno, lo mismo que de sus colegas Julio Minaya, César Zapata, Andrés Merejo, Fernando Valdez, Manuel Toribio, Israel Rodríguez Sánchez, Pablo Guadarrama, Dustin Muñoz y Raúl Rojas Soriano, entre otros, a los fines de hacer posible la salida, en tiempo récord, de esta primera apuesta de La Barca de Teseo.

La sola mención del equipo de colaboradores de entrada es suficiente para advertir que el propósito final es apuntarle al sol con la esperanza de pegarle a la luna. Nuestro techo es el cielo; nuestro límite, el tornadizo horizonte. Ahora bien, La Barca de Teseo no es una piedra lanzada, sin más, hacia el porvenir.

Se reconoce como continuadora por derecho propio de sus precedentes mediatas e inmediatas: el Boletín Episteme de la Cátedra de Historia de la Filosofía, que fundó y lideró el admirable académico Luis Federico Cruz en los años noventa, así de las revistas Cuadernos de Filosofía, Logos, Arjé, Academia e Identidad, pero su propósito es permanecer en el tiempo, más allá de los avatares propios de nuestras sucesiones académico-políticas.

La colaboración inter-institucional entre la Escuela y Generativo Nova es esencial para que semejantes propósitos arriben a buen puerto. Pero la clave está en el Proyecto y su continuidad. Cualquiera de los dos actores ha de estar en disposición, por su cuenta y riesgo, de insuflar aires de eternidad a este ideal hecho Revista cuyo número auroral hoy colocamos en vuestras manos plenas de esperanza ilusionada.

En julio de 1923 salió a luz la Revista de Occidente. Cien años han pasado desde que José Ortega y Gasset, una de las voces más altas de la filosofía en lengua española, la fundara, plenos de ensueños y esperanzas. Tal es, pues nuestra contienda y nuestro ensueño: conmemorar unidos dentro de cien años este momento virginal de alumbramiento de una criatura académico-intelectual con ambición de eternidad, cuya fortaleza intelectual estamos compelidos a mostrar desde la piel hasta el alma, desde el embrión hasta donde alcanza la mirada. Desde hoy hasta el mañana inagotable.

La Barca de Teseo