amento de Filosofía de esta Universidad, como unidad académica, está nuevamente de «parto». Hace apenas 48 horas [22/x/1996, n.e], puso en circulación la obra Si quieres filosofar, de la autoría del profesor Alejandro Arvelo, miembro distinguido de este Departamento académico. Orgulloso, les ha convocado a participar de un nuevo nacimiento: la Revista Ak’ademia, su Órgano Oficial, una especie de ventana abierta al pensamiento.
La publicación de una revista fue una vieja aspiración de pasados directores, que si no dejaron la primera página escrita, o no maduró algún ensayo, imprimieron la inquietud en el alma del Departamento. Este esfuerzo intelectual se corona hoy con la entrega que se hace a ustedes. Es tierna, pero en la fragua de la crítica tendrá que crecer.
Se cumplen precisamente 40 años desde que la antigua Facultad de Filosofía y Educación dio a la luz el primer número de la Revista Dominicana de Filosofía, de publicación semestral. Se editaron cinco números, de enero-julio de 1956 hasta enero-julio del ’58. El quinto número anunció el sumario de la siguiente edición, pero jamás llegó.
Veintiséis años después, en 1984, es cuando el Área de Filosofía ensaya una nueva publicación: Cuadernos de Filosofía. Sólo vio la luz el primer número. Transcurrieron nueve años, y una de las tres cátedras que conforman el Departamento de Filosofía empieza a editar el Boletín que, posteriormente (1995), se llamaría Episteme, cuyo número 11 está en circulación (**).
Ahora, como he dicho, tenemos la Revista Ak’ademia. En la actualidad, parece que el Departamento de Filosofía va más allá de la intención. No obstante, siempre ha sabido cuál es el camino para formar Escuela.
¿Por qué la Revista se llama Akademia? La palabra Ακαδημεία [Akademeia] como centro de Investigación y Estudio evoca a Platón. La profesora Lusitania Martínez, moderadora de este acto, acaba de expresar bellamente la relación entre Platón y la Ak’ademia.
Curiosamente, ese alto Centro de Estudios griego se levantó con el dinero del rescate de un esclavo. En uno de sus viajes, el autor del Fedón propuso al tirano de Siracusa, Dionisio I, o «El Viejo», su proyecto ético-político. La propuesta desagradó al déspota; hizo apresar al filósofo y venderlo como esclavo. Anníceris, amigo de Platón, compró al «ilustre esclavo» y, vueltos a Atenas, Platón quiso reintegrar a su amigo el importe, pero este no aceptó. Con el dinero, fueron adquiridos unos terrenos contiguos al santuario del héroe griego Academos, donde se construyó la Escuela, a la que se le puso por nombre «Academia».
Sin olvidar el sentido de Academia como «original Centro de Investigación y Estudio», el sentido íntimo asignado a la Revista que hoy presentamos gira en torno a la necesidad del impulso o rescate académico en las circunstancias presentes de esta Universidad Primada de América.
En torno al contenido de los trabajos publicados en este primer número de Ak’ademia, vamos a dejar a la consideración de ustedes este esfuerzo de aportación del espíritu.
()-Palabras pronunciadas por el autor con motivo de la puesta en circulación del primer número de esta Revista, a las cinco de la tarde del jueves 24 de octubre de 1996, en el Paraninfo de la Facultad de Humanidades de esta Universidad.
(**)-Al cierre de la presente edición de esta revista, la Cátedra de Historia de Filosofía preparaba la edición del número 13 del Boletín Episteme, y circulaba la edición 12 del mismo.