Abordar los orígenes del pensamiento filosófico dominicano conduce necesariamente al conocimiento de aquellas corrientes que, haciendo vida en la España descubridora, tendrán obligada presencia en la antigua Isla Española.

Así, la filosofía que se va a desarrollar en el ámbito académico en la Española, ya «está pensada» en España: Filosofía Escolástica, una manera de pensar, una conciencia dirigida a la defensa de la fe. Una filosofía que, según Descartes, enseñó a defender posiciones, no a buscar la verdad.

Cronológicamente, abarca amplio espacio de la Edad Media: del siglo VIII al XV.

En los siglos XIV y XV tenemos una Escolástica decadente. Como la presencia ilustrada de España en América se inicia bajo el hábito monacal, pues son Frailes mercedarios, dominicos y franciscanos con formación académica, corresponden a una Escolástica fundamentalmente repetidora de argumentaciones.

La vieja disputa entre dominicos (seguidores de Tomás de Aquino (1224-1274) -pro aristotélicos-) y franciscanos (seguidores de Buenaventura (1217-1274) y posteriormente de Duns Escoto (1266-1308) agustinianos) llega a América.

La rivalidad entre dominicos y franciscanos no se inicia a partir del «Sermón de Adviento» de Montesinos, dominico (1511), como da a entender el eminente historiador norteamericano Lewis Hanke, investigador de la historia colonial latinoamericana, catedrático de Harvard, cuando señala que «desde entonces (tras la llegada a Santo Domingo de Fray Alonso Espinal (franciscano), a fin de frenar la lucha a favor del indio desatada por el Sermón) ha habido tensiones entre dominicos y franciscanos». «Quizás aquí comenzó ese debate (entre ambas Ordenes Religiosas)».

ESCUELA FRANCISCANA Vs  ESCUELA TOMISTA

A diferencia del agustinismo, Tomás de Aquino aceptó en Gnoseología y Metafísica las doctrinas fundamentales de Aristóteles.

La doctrina de S. Agustín sobre el conocimiento, entendido como «iluminación de Dios»,2 es abandonada. Entiende Tomás de Aquino que el hombre capta la esencia partiendo de los sentidos, gracias al «entendimiento agente». La metafísica aristotélica es incorporada a la Teología Cristiana. A través de Tomás de Aquino, el Escolasticismo se hace aristotélico. Pero como la filosofía de Aristóteles no siempre armonizaba con la enseñanza de la Iglesia, surgieron varios problemas. Un miembro prominente de la Comunidad franciscana y contemporáneo de Tomás de Aquino, S. Buenaventura, rechazó, por ello, el sistema metafísico de Aristóteles. Su razón era simple: como el Cristianismo es verdadero, aquello que lo contradiga, es necesariamente falso. Pero, según Tomás de Aquino, el esquema aristotélico es una expresión racional, expresa una verdad filosófica, y no puede haber conflicto entre la verdad filosófica y la verdad revelada, pues tienen un mismo fundamento: Dios (Hartnack).

  1. La gnoseología agustiniano-franciscana da el nombre de «iluminación» a un influjo divino especial en la realización del conocimiento. Es decir, así como la producción del conocimiento sensorial requiere del concurso de la luz natural, de igual manera el conocimiento intelectual, junto a la fuerza del entendimiento, requiere una especial colaboración de Dios (iluminación), pues es la Verdad Eterna.
  2. En la gnoseología aristotélico-tomista, además de la facultad cognoscitiva propiamente tal, el entendimiento paciente, que recibe el dato del conocimiento, admitía la existencia de un entendimiento agente (activo), cuyo papel consistía en «agenciarse», extraer la esencia, a partir de la imagen sensorial.

Es rechazada la doctrina tomista sobre la analogía del ser, según la cual nuestros conceptos extraídos de las cosas creadas son aplicados a Dios sólo de manera analógica, imperfecta, pues ello impide al hombre conocer a Dios. Otra de las tesis sustentadas por la Escuela franciscana frente a la tomista es «la imposibilidad de una creación del mundo por parte de Dios desde la eternidad».