Andres AvelinoAndrés Avelino: un cuento filosófico 52 años después

 Por considerarlo de alto interés filosófico, la Sección Pensamiento Dominicano hace un paréntesis en la serie de ensayos iniciados, a propósito del Primer Centenario del Nacimiento del Filósofo Andrés Avelino (1899-1974) y transcribe un cuento filosófico destinados a los niños, y jóvenes aparecido en el periódico La Nación del 13 de Febrero del 1947.

Aquí podremos apreciar cuál es el verdadero afán del Padre de la Filosofía Dominicana por enseñar a todas las personas el saber filosófico.

«LA Filosofía EN CUENTOS INFANTILES» 

Por Andrés Avelino

EL CUENTO FILOSÓFICO DE LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

«Hoy voy a contarles uno de esos cuentos de la Filosofía de que el otro día les hablé y que noté que les había gustado tanto.

Una vez, en un país llamado Grecia, uno de esos pendencieros, que dudan de todo lo que se les dice, a uno de esos hombres discutidores llamados filósofos se le ocurrió decir que la miel no era dulce. Otro discutidor le dijo, usted se equivoca, la miel sí es dulce. Y se inició por esta tontería una discusión muy grande que no ha terminado todavía.

Pero no se preocupen ustedes por esa discusión de los filósofos, porque a pesar de ella la miel y el azúcar siguen todavía endulzando nuestro sabroso café con leche y haciendo deliciosos nuestros caramelos.

Sin embargo, la discusión como discusión, como cuento muy divertido es interesante. ¡Aquellos señores discutidores y pendencieros decían tantas cosas que hay muchas de ellas que hoy nos hacen reír, pero que a pesar de eso son muy interesantes! ¿Quieren ustedes saberlas? Pues oigan lo que decía un discutidor filósofo llamado Protágoras. Decía, ¡qué les parece!. nada menos que esta bobada; que la miel es dulce porque la probamos y sentimos dulce, pero que ella no es en realidad dulce.

Para este señor Protágoras la miel necesita de nosotros para acabar de ser dulce, el azúcar según este señor es dulce en nuestra lengua, en nuestras frutas cuando las probamos y las sentimos dulces, pero la miel no es dulce en su panal ni para las piedras que no tienen como nosotros paladar,

Pero el otro filósofo, llamado Aristóteles, que opina de modo contrario, le dijo a Protágoras: No creo como usted que la miel y el azúcar necesiten de usted para ser dulce. En mi opinión la miel es dulce para usted y para las piedras y para las abejas en su panal. Ciertamente la miel la deben sentir dulces las abejas porque los zánganos se la comen (los zánganos son las abejas macho, pues han de saber ustedes que en el país de las abejas quienes trabajan son las mujeres y no los hombres), pero sólo el hombre es el que dice y puede decir que la miel es o no dulce. Pero porque sea el hombre el único animal que puede sentir y decir que la miel es dulce, por eso la miel no es dulce sólo para el hombre.

 Supongo que ya ustedes esperan que les diga los insultos que lanzaron estos dos filósofos. Voy a complacerlos Aristóteles dijo a Protágoras: escéptico!. ‘subjetivista!, relativista!, y Protágoras le respondió también con tres insultos a Aristóteles. Lo llamó: ‘dogmático!, !objetivista!, realista!..

En los sucesivos cuentos conocerán ustedes los misterios de estos nuevos insultos. 

Ven ustedes ahora lo difícil que sería para nosotros saber cuál de estos dos filósofos posee la verdad. Cada uno razona de un modo muy claro y  tan bonito que nos parece que cada uno tiene razón y dice la verdad. Pero aunque no podemos saber cuál de los dos posee la verdad sentimos que podemos decidirnos sobre lo que opina Protágoras y lo que sustenta Aristóteles.

 Estoy seguro que a cada uno de ustedes ya en silencio le ha gustado más el cuento de Protágoras que el cuento de Aristóteles. Diganmelo sinceramente. Vamos a formar dos partidos. Vamos a ver cuáles son entre ustedes las que son protagónicas y cuáles aristotélicas.

 No tengan ningún temor. Es interesante que ustedes sepan que ustedes son también filósofas. Desde que una duda de algo y lo discute o desde que en una discusión nos decidimos por una de dos opiniones ya somos filósofos.

Vamos a ver primero cuáles son las aristotélicas. Levanten las manos las aristotélicas. !Maestra, yo soy aristotélica!.

Tenemos, pues, las aristotélicas: Juana, María, Josefina. Carmen, etc.

Ahora levanten las manos las protagónicas: Margarita, Isabel, Matilde, etc.

Sin duda, ustedes no saben cuál de los dos, Protágoras o Aristóteles posee la verdad, pero han sentido, sin saber por qué una honda simpatía. las unas por Aristóteles, las otras por Protágoras.

Tenemos, pues, formados los dos partidos. Han vivido ustedes la forma como se solucionan los problemas filosóficos.

Pero como ustedes se han decidido rápidamente. y de seguro habrán de seguir discutiendo el  problema, les voy a dar varios días para que piensen y se decidan mejor. porque yo no quiero tampoco aristotélicas en el partido de las protagónicas ni protagónicas en el partido de las aristotélicas.

En la próxima clase de los cuentos de la Filosofía podremos reformar la lista de estos dos partidos y cada una de ustedes me dirá por qué se deciden a ser protagónicas o a ser aristotélicas, aunque esto no están importante, ya que ustedes se han decidido por medio del sentimiento y no por medio de la razón.

No vayan ustedes a creer que este segundo cuento de la Filosofía llamado TEORÍA DEL CONOCIMIENTO termina con la discusión de Protágoras y Aristóteles. No. Esta discusión se sigue más tarde entre otros dos filósofos llamados Locke Y Leibnitz, más tarde entre dos más, y así sucesivamente hasta hoy. Pero cada una de esas discusiones entre esos distintos pares de filósofos serán nuevos cuentos que yo les contaré en otras clases.

Señores: de este modo podemos, según el filósofo, poner en contacto a los niños de la escuela primaria con los conocimientos de las disciplinas culturales.

En la escuela Primaria Superior esta enseñanza podría adquirir una forma menos infantil. Y en la Educación Secundaria una forma más legítima y apropiada a ese grado.