José Flete Morillo

Prof. José Flete Morillo

Tras escuchar a mis colegas, me doy cuenta de que tengo poco que agregar. Imagínense, cuando dos expertos hablan, lo mejor es escuchar. Sin embargo, responderé a la pregunta inicial sobre la agenda LGBT en la era del streaming: ¿Es una nueva libertad de expresión o una imposición cultural? 

Mis colegas ya han explicado bien lo que es el streaming. Uno de ellos, Morla, afirmó que no había una agenda. Sin embargo, creo que sí existe una, ya que hay un programa que se está siguiendo.

Cuando venía camino, escuché grupos a favor y en contra de esta agenda. Incluso uno de los grupos pro-LGBT admitió la existencia de una agenda. Ahora bien, quiero centrarme en el aspecto cinematográfico, específicamente en cómo el cine ha pasado de ser una experiencia limitada a una sala oscura a expandir su alcance gracias a las plataformas de streaming. 

Ya no está limitado a una sala de cine, sino que el espectador tiene el control de cuándo, cómo, dónde y con quién ver una película.

El cine, este séptimo arte, es un conjunto de imágenes en movimiento que, como señala Alindo Machado, provoca una especie de mutación en el espectador, permitiéndole asumir el papel del personaje. Pero el cine no es solo un medio de expresión, sino también un medio de difusión ideológica. Como dijo Alfred Hitchcock, donde la cámara enfoca, hay una intención. Andrés Bacin incluso equipara el cine con una ideología.

El cine no es inocente. Desde que el hombre comenzó a enfocar su atención en la sociedad, el cine pasó de ser un medio de entretenimiento a un medio de difusión. Los regímenes totalitarios han controlado ciertas películas por su contenido. La burguesía, la nueva clase social emergente, patrocinó las artes porque sabían lo que querían difundir.

Ahora, ¿por qué la ideología de género utiliza este medio para imponer su punto de vista? Simplemente porque pueden. Hay muchas películas que han abordado el tema de la homosexualidad, como «Madame Butterfly», «El jardín de los placeres», «Milk» y «Philadelphia». El problema surge cuando esta representación se siente impuesta, cuando de repente, en una trama que no tiene nada que ver con la sexualidad, aparecen personajes que declaran su homosexualidad.

Finalmente, quiero hablar de la educación. Jacobo Mosquete, un pedagogo dominicano, dijo en su libro «Introducción a la Pedagogía» que la educación es la imposición del sistema sobre el individuo para que se ajuste a sus planes. Creo en el libre albedrío, pero no en la imposición sutil de ideas. Debe haber respeto mutuo. Respeto tu postura, ¿estás dispuesto a respetar la mía?

Muchas gracias