Bueno, esta es una investigación de la que ya he presentado un extracto muy ambicioso. Realmente tiene muchos ángulos; a pesar de que hay dos dimensiones principales: una filosófica y otra de género. Está recogida en cinco tomos, es decir, en dos antologías. Pero como el tema es muy amplio, voy a tratar de ser selectiva y, además, de explicar algunos puntos de manera sencilla debido a la diversidad del público y porque hay personas que todavía están estudiando. 

Se supone que a esta investigación deberían tener acceso, además de ustedes que son personas inteligentes y que se interesan por todas las áreas, específicamente las feministas, los especialistas en género y los filósofos. Pero cuando les planteo las razones por las cuales, al menos los filósofos, sienten que nunca tienen nada que aprender de nadie, la idea general que quiero plantear en esta introducción es que nosotros, como pensadores en general, nos subestimamos. Y, además, subestiman el pensamiento latinoamericano en un sentido más amplio. 

Para empezar, el pensamiento latinoamericano ha estado ausente en toda la historia de la filosofía mundial; se ignora 500 años de filosofía latinoamericana. Esto lo escribió en 2011, muy preocupado, el filósofo de la liberación Enrique Dussel.