Diógenes García
Son dos preguntas las que quiero plantear. Por ejemplo, ¿el discurso del pasado se puede comparar con el del presente? Y otra cuestión: ¿a quién representa ese discurso?, ¿al Estado?
Porque yo considero que, si uno se deja guiar por ese tipo de discurso, tendría que sacar buenas conclusiones. Yo podría expresar que este discurso, con una forma poética, proclama una verdad profunda. Permítanme leer un fragmento que intenta condensar esa intención:
Proclamada independencia por Juan Pablo Duarte y Sánchez,
y ya Enriquillo, sublevado, había conquistado la suya.
Los traidores la entregaron.
¡Qué lejos te has marchado por el camino de la historia!
Crueles, malvados, indolentes…
Hoy es justo y necesario
derramar sangre sobre la tierra si ese es su precio.
¡Madre quisqueyana, danos fuerza!
¿Por qué callar? ¿Por qué vivir humillados,
siendo hijos, hermanos, padres, ciudadanos?
Si caemos peleando, es por la libertad.
Eso eleva tu conciencia, querido hermano.
Reitero:
Proclamada independencia por Juan Pablo Duarte y Sánchez,
y ya Enriquillo, sublevado, había logrado su independencia.
Los traidores la entregaron.
¡Qué lejos te has marchado por el camino de la historia!
Crueles, malvados, indolentes…
Hoy es justo y necesario derramar sangre sobre la tierra
si ese es su precio.
¡Madre quisqueyana, danos aliento!
¿Por qué ser siervos? ¿Por qué seguir humillados?
A pesar de todo esto, había sectores del pueblo que vivían del servilismo, del sometimiento. Y aún así, otros luchaban por liberarse.