Saludos, ¿qué tal? Bien, pues cuando se me pidió que me inscribiera, agregué aquí una lista de libros que he leído durante los años que llevo en la lectura. Entre ellos están: de Platón, La apología de Sócrates, El banquete y La república, que es ya una obra mayor; de Aristóteles, El arte de la política; de René Descartes, su obra principal Discurso del método y sus Meditaciones metafísicas; de John Locke, su célebre Ensayo sobre el entendimiento humano; de Gottfried Wilhelm Leibniz, La monadología, que es su obra metafísica; de Immanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, obra representativa de su moral kantiana; de Jean-Jacques Rousseau, El contrato social, en el ámbito de la filosofía política; de Karl Marx, El capital (tomo uno) y El manifiesto comunista, este último escrito en colaboración con Friedrich Engels. De Engels también he leído El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. De Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra, su obra cumbre, además de El Anticristo, La genealogía de la moral y Más allá del bien y del mal. De Johannes Hessen, Teoría del conocimiento, un texto con un enfoque más pedagógico, similar al de John Locke, que también busca explicar cómo conocemos. De Jean-Paul Sartre, El existencialismo es un humanismo; de Michel Foucault, Vigilar y castigar, donde se analiza el poder en sus distintas formas; de Antonio Gramsci, Los cuadernos de la cárcel, texto clave de la nueva dirección del marxismo; y del filósofo surcoreano Byung-Chul Han, La desaparición de los rituales: una topología del presente.

Sin embargo, a pesar de tener tantos libros leídos, aún no me decido sobre cuál hablar. Creo que, al fin y al cabo, me centraré en El existencialismo es un humanismo, partiendo de que es una obra que originalmente fue una conferencia dictada por Sartre en 1945. Esta conferencia surge como respuesta a las críticas que le hacían los marxistas y los cristianos, quienes lo acusaban de promover una filosofía que aislaba a las personas, la consideraban pesimista y atea. Sartre, en respuesta a estas acusaciones, decide ofrecer la conferencia, la cual posteriormente revisa y publica un año después.

¿Qué pretende El existencialismo es un humanismo? En primer lugar, busca dar a conocer de manera clara los fundamentos del existencialismo, una doctrina filosófica que se inspira en pensadores como Fiodor Dostoievski, quien afirma en Los hermanos Karamázov que «si Dios no existiera, todo estaría permitido», y en Søren Kierkegaard, con su análisis sobre la angustia.

Sartre responde a las acusaciones de pesimismo señalando que su filosofía no es pesimista, sino realista, y rechaza la idea de que el existencialismo conlleve a la inacción. Para Sartre, el ser humano está «condenado a ser libre»; es decir, el hombre nace libre, tiene la responsabilidad de tomar sus propias decisiones y está obligado a crear sus propios valores y su propia moral. Por lo tanto, no puede permanecer en la inacción o en la pasividad.

Cuando los marxistas lo acusan de fomentar la subjetividad y el aislamiento del colectivo, Sartre responde que el existencialismo plantea la «intersubjetividad». Este concepto implica que para que yo exista, debe existir el otro que juzga mis acciones, y viceversa. La moral, según Sartre, no se construye en aislamiento, sino en relación con los demás: cada persona define a los otros y, a su vez, es definida por ellos. En este sentido, «el hombre no es más que su proyecto de vida» y no se le puede juzgar por una obra inconclusa o por lo que podría llegar a ser en el futuro.

Ahora bien, a propósito de esa tesis esencial de Sartre, ¿cree usted que el ser humano actúa en una esfera abstracta en la que todo es posible, o más bien está condicionado por el lenguaje, el contexto social, las ideas predominantes, la publicidad o, en la actualidad, las noticias falsas (fake news)?

Claro que sí. Todos esos elementos que usted menciona son construcciones del otro. En un contexto cristiano, hablaríamos del prójimo, pero en el marco del existencialismo, es el «otro» quien influye en nuestras decisiones. Sartre sostiene que «el hombre es lo que ha hecho de sí mismo y también lo que los demás han hecho de él». Es decir, la libertad individual está inevitablemente vinculada a la libertad de los demás.

En cuanto al concepto de ateísmo, Sartre está profundamente influenciado por Nietzsche. Mientras Sartre afirma que el individuo es el único juez de su propia moral y debe decidir de forma autónoma lo que es correcto, Nietzsche desarrolla la figura del superhombre, quien crea sus propios valores tras superar las etapas del camello (la carga moral tradicional) y del león (la negación de esos valores). Ambos pensadores coinciden en que el ser humano inventa su propia moral, aunque Sartre fundamenta sus postulados en la razón, mientras que Nietzsche se centra más en una transvaloración vital y dionisíaca.

Por otro lado, entre Descartes y Locke hay una divergencia fundamental sobre el origen de las ideas. Descartes sostiene que existen ideas innatas, mientras que Locke defiende que la mente es una «tabula rasa» y que todo conocimiento proviene de la experiencia. ¿Qué posición es más válida hoy en día?

Creo que, aunque el debate entre ideas innatas y experiencia se ha reducido con el avance de disciplinas como la neurociencia y la psicología, el Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke sigue siendo una obra fundamental. Este texto ofrece una explicación racional del proceso de conocimiento, diferenciándose de las perspectivas más metafísicas de Platón, Leibniz y Descartes. Sin embargo, es importante reconocer que Locke, al escribir en el siglo XVII, no contaba con las herramientas científicas que hoy tenemos para analizar el funcionamiento del cerebro y la mente.